viernes, 19 de noviembre de 2010

La hiel de la derrota

La mezquina hiel de la derrota 
se deshace entre las manos,
deja atrás el calor de aquellos días de verano,
en que los triunfos daban luces alardeando.

Un presente avejentado 
que agoniza entre esperanzas 
de un futuro que arrasado, 
deja escombros y añoranzas. 

El aliento que se agota,
la felicidad ya no palpita,
la razón se desmorona,
y mi alma se marchita. 

Poco duró la sonrisa,
fue efímera, 
escurridiza, 
se esfumó ante mis ojos,
se desmoronó ante mis versos,
y ahora forma parte de los pálidos recuerdos.

Uno de esas noches ... uno de esos días

Hoy es uno de esos días en los que no quisiera estar conmigo, 
una de esas noches en las que solo quisiera escapar, 
dejar de ver la sombra de lo que me ha vencido.

Hoy es uno de esos días en que solo quiero olvido, 
una de esas noches en las que mi alma clama a gritos, 
por una soledad desesperada, por un refugio sombrío. 

Una de esas noches, uno de esos días,
en que me atormenta el hastío 
de estar presente y ver lo que he sido.

No tengo ganas, no tengo antojo, 
no quiero nada, basta de vicios, 
no está hoy el alma 
dispuesta a lucir, 
tanta derrota, tanto vacío! 

Duele y no extraña,
sangra y no mata, 
miente y no engaña, 
tiembla y no hay frío. 

Si pudiera dejar este mundo tan mío, 
tan lleno de nada, 
tan harto de olvido, 
tan simple ... tan frío.